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LOS DESCARNADOS RESTOS DE SAN NICOLAS, SAN MIGUEL Y SU BELLO TÍMPANO.

 “Dos calles cuyo nombre no admite engaño -Bajada a la Arboleda y la calle

de la Hoz- llevan al parque fluvial, donde se observan los escarpes

de la fortaleza y pueden verse los restos del acueducto

que servía para subir agua al castillo”.

Corazón de roble. Ernesto Escapa

A quienes siguen nuestras entregas sobre estas iglesias románicas “sin techo” les sorprenderá un segundo artículo sobre Berlanga. Y es que la villa merece eso y más. En el artículo anterior nos centramos, de modo especial, en la iglesita de San Juan, ubicada en el interior del primer recinto amurallado. Contábamos, entonces, que fueron diez las iglesias románicas que se levantaron en la localidad, y, con cuyas piedras, en 1526, los Señores de Berlanga, María de Tovar e Íñigo Fernández de Velasco decidieron levantar la impresionante Colegiata de Santa María del Mercado; pasando la localidad de tener diez iglesias a una. Para ello tuvieron que desacralizar las diez iglesias y desmontarlas. Mientras se realizaban las obras de la Colegiata y el desmontaje de los muros, era necesario tener una de ellas levantada para el mantenimiento del culto.  Esa función le correspondió a la iglesia de San Gil, que fue la última que sufrió el derribo.

Decíamos que, si bien la entrega anterior se centró en la iglesia del San Juan, esta lo hace en las de San Miguel y San Nicolás, iglesias de las que todavía quedan restos que nos ayudan a imaginárnoslas, deteniéndonos, también, en el tímpano que hoy luce en la puerta de entrada del convento de las monjas Concepcionistas.

Conchi y José Luis, nuestros cicerones de la Asociación Amigos del Castillo de Berlanga de Duero, nos informan de lo que el escribano Hernando de Santa Fe dejó escrito en un documento conservado en el Archivo de la Colegiata de Berlanga. En él se puede leer cómo fue la procesión realizada el 9 de marzo de 1526 en la Villa de Berlanga, que recorrió nueve de las diez parroquias medievales para su desacralización. Tan solo permanecerá en pie, unos años más, tal y como hemos apuntado con anterioridad, la iglesia de San Gil, que acogería la feligresía hasta 1530, momento de la consagración de la nueva iglesia-colegiata de Santa María del Mercado.

Desde la Oficina de Turismo de Berlanga de Duero, Conchi y José Luis nos guían por la calle de la Hoz hasta el cruce con la calle de La Bajada a la Arboleda, donde ya se pueden ver los restos 

de la antigua parroquial de San Miguel. Mientras caminábamos hacia el lugar, nos hablan con entusiasmo de la historia de Berlanga y del trabajo de la Asociación para recuperar la memoria de la villa y del palacio de los Marqueses de Berlanga. En cada uno de los últimos veranos la Asociación ha acometido una intervención arqueológica, además de ayudar en la publicación de varios libros. Ya hace unos años que colocó unas placas de metacrilato que informan al viajero de la localización de las 10 iglesias medievales con las que contó la villa. Precisamente la que informa de la localización de San Miguel ha sido vandalizada. Desde ese mismo cruce subimos al cerro de las Pedrizas por un canchal de piedra caliza.

En lo más alto de este pequeño, pero escarpado cerro, aparecen los restos de lo que fue la cabecera de la parroquia de la collación de San Miguel. La fábrica que ha llegado a nuestros días es de mampostería de piedra caliza unida con mortero de cal y arena, pero si observamos con detalle el exterior del ábside, todavía podemos ver la impronta que dejaron los sillares arrancados y que irían a parar a la nueva colegiata. En estas ruinas todavía persiste lo que fue el ábside semicircular, donde todavía se puede distinguir la cimentación del presbiterio y de lo que fue el arranque de la nave. La nave está asentada sobre la roca madre. Precisamente desde lo que fue la nave se pueden disfrutar de unas vistas estupendas de la villa de Berlanga, su colegiata, su castillo artillero, sus murallas, así como las “Tres Cruces” del camino del Calvario, recientemente recuperadas por la Asociación Amigos del Castillo de Berlanga, y desde donde cada 3 de mayo se bendicen los campos.

Los investigadores Roberto de Pablo, Francisco J. de Pablo y Cristina Santos sostienen que el tímpano reutilizado en la puerta norte del Monasterio de las monjas Concepcionistas Franciscanas pudo proceder de esta parroquia. Se basan en la representación del arcángel San Miguel en la escena del pesaje de las almas o Psicostasis; aunque bien podría proceder de otra parroquia, especialmente de la de San Gil que fue la última en ser derribada y que, por proximidad, podría ser su origen. En cualquier caso, la calidad escultórica de este tímpano con restos de su policromía original entronca con cuadrillas de canteros muy conocedores de lo que, a finales del siglo XII, se estaba haciendo en la catedral de El Burgo de Osma y también de la actividad en Silos.

En la actualidad, es sin duda, el resto escultórico más importante de Berlanga de Duero y uno de los nueve tímpanos románicos que han llegado hasta nuestros días en la provincia de Soria, y para muchos investigadores, uno de los de mayor calidad escultórica. La excelencia de este tímpano se corresponde con los restos escultóricos que se conservan en el moderno Centro de Interpretación de San Baudelio. Dovelas perteneciente a arquivoltas románicas decoradas con taqueado jaqués, con decoración romboidal y otra con palmetas y cabezas de leones, que es el que ha utilizado la Asociación de Amigos de Castillo de Berlanga para enmarcar las placas de metacrilato que nos informan de la localización de las iglesias medievales; capiteles románicos entre los que podemos destacar el decorado con roleos vegetales enmarcando una figura antropomorfa, asi como los restos de otro decorado con una labor de cestería trenzada; un canecillo con modillones de rollo, así como varias estelas medievales. Algunos de estos restos aparecieron en los años 70-80 del siglo XX durante las obras de reparación del tejado de las capillas de la Colegiata, que se dejaron amontonados y que algunos vecinos recogieron, y que ahora han sido cedidos para su exposición; otros muchos han aparecido durante obras de reparación o demolición de distintos inmuebles de la villa.

Conchi y José Luis nos guían hasta las Eras Altas, disfrutando del callejero y su historia, deteniéndonos en la fachada de la iglesia del antiguo convento del Monasterio de las monjas Concepcionistas Franciscanas, en donde destaca el tímpano románico. La falta de sensibilidad de los años sesenta del pasado siglo provocó la perdida de muchísimo patrimonio no solo en Berlanga y Soria, sino en todo el territorio nacional. Nos recuerdan que en esta iglesia se sustituyó el artesonado, quizás el original del siglo XVI, por una nueva cubierta. La Asociación también está preocupada por el paradero del patrimonio mueble con que contaba el convento, pues las monjas cerraron el inmueble y se fueron a Ágreda, donde seguro que llegó todo el conjunto de retablos, relicarios y alhajas de la orden, pero ningún berlangués sabe nada del paradero de ese Patrimonio.

Al sur de los muros que cierran el antiguo convento se encuentran las Eras Altas, que estuvieron empedradas y en ellas, cuando llegaba el verano, se trillaba. Hoy la hierba recubre todas ellas. Desde lo alto, Conchi, mirando al mediodía, recita de corrido a Ortega y Gasset: “Por tierras de Sigüenza y Berlanga de Duero, en días de agosto alanceados por el sol, he hecho yo —Rubín de Cendoya, místico español— un viaje sentimental sobre una mula torda de altas orejas inquietas. Son las tierras que el Cid cabalgó. Son, además, las tierras donde se suscitó el primer poeta castellano, el autor del poema llamado Myo Cid”.  Las vistas sobre la cerca vieja, las ruinas del palacio, la fortaleza artillera y el castillo medieval son evocadoras. Allí nos encontramos con los restos de lo que pudo ser la antigua parroquial de San Nicolás. Se puede ver la estructura semicircular del ábside construido con mampostería unida con mortero, que sin duda correspondió al ábside de la primitiva iglesia. Con la cabecera orientada al este, todavía podemos distinguir la cimentación de parte de ábside, el tramo recto de un corto presbiterio y el inicio de la nave.

Al norte y al este de estos restos, los berlangueses sacaron arcilla para la construcción de adobes en la primera mitad del siglo XX, dañando parte del yacimiento arqueológico. Nos cuentan que durante esas extracciones de tierra aparecieron algunas tumbas de lajas, restos óseos y un sarcófago de piedra, que fue reutilizado en una fragua de Berlanga de Duero enclavada en la Calle Nuestra Señora de las Torres, muy cerca de la Puerta de Aguilera.

Estos dos restos de iglesias medievales que hoy presentamos merecen ser consolidadas para que no desaparezcan totalmente, así como una excavación arqueológica que otorgue más luz a este pasado glorioso de la villa de Berlanga de Duero. Seguro que la Asociación en un futuro no lejano intervendrá en estos restos. El inicio del trabajo ya está hecho con el estudio, la localización y la señalización de las 10 iglesias medievales.

Nuestros cicerones nos llevan en un recorrido por el callejero hasta la plaza mayor, pasando antes por la claustra, la localización de San Gil, el atrio renovado de la Colegiata y, recorriendo después, con pesadumbre, la Calle Real. Nos recuerdan el empuje comercial que tuvo la calle en un pasado no muy lejano: el palacete de la Duquesa de Castejón, que durante la Guerra Civil española sufrió un grave incendio después de ser ocupado por tropas italianas, recuperado recientemente por una familia madrileña; la vieja cárcel y el edificio de teléfonos, la vieja sastrería que los antepasados de Conchi regentaron desde el siglo XVIII. Entramos en la Ferretería Úbeda, la más antigua de la provincia regentada por Rosa Calavia, vemos el alfarje del hotel Fray Tomás,… y por supuesto hablamos de Agustín Escolano que desde 2003 dirige el Centro Internacional de la Cultura Escolar (CEINCE), enclavado en un bello palacio renacentista que, en el pasado, perteneció a la familia de don Emilio Mozo de Rosales, Marqués de Mataflorida.

Para cerrar el artículo queremos mostrar nuestra satisfacción por la noticia de que la Asociación de Amigos del Castillo de Berlanga, que tanto interés y preocupación muestra por el patrimonio de su localidad, haya conseguido una ayuda de 90.000 € que otorga la Junta de Castilla y León para la gestión y consolidación de la Cerca Vieja. Enhorabuena.
 

BIBLIOGRAFÍA

- De PABLO MARTÍNEZ, R. (2022): “SAPIENTIA AEDIFICABITVR DOMVS ET PRVDENTIA ROBORABITVR. El Palacio de los Marqueses de Berlanga”. Berlanga de Duero. Edita: Asociación de Amigos del Castillo de Berlanga. Coedita. Diputación de Soria.

- De PABLO MARTÍNEZ, R., DE PABLO ORTEGA. F.J., y SANTOS OZORES, C. (2013): “Las antiguas iglesias de Berlanga: entre la arqueología y la documentación escrita”. Soria, Celtiberia, CES del CSIC, nº 107.

- MADOZ, P. (1850): Diccionario geográfico-estadístico-histórico. Edición facsímil de los textos relativos a la provincia de Soria. Edita Ámbito ediciones SA y Diputación de Soria, Imprime Gráficas Ortega SA Valladolid, 1993.

 - MARTÍNEZ DÍEZ, G. (1983): Las comunidades de Villa y Tierra de la extremadura castellana. Madrid. Editora Nacional.

- NUÑO GONZÁLEZ, J. (2002): “Berlanga de Duero”, en Enciclopedia del Románico en Castilla y León. Soria, vol. I. M.Á. García Guinea y José M.ª Pérez González (dirs.), Aguilar de Campoo, Fundación Santa María la Real-Centro de Estudios del Románico, pp. 225-227.

- ORTEGA Y GASSEJ, J. (1976) “Tierras de Castilla. Notas de andar y ver”.  Ediciones de Arte y Bibliografía.  Madrid.

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Visita a San Bartolomé de La Barbolla

Invitados por Blas Gonzalo, acudimos a la iglesia de San Bartolomé de La Barbolla, Teresa García, José Mª Incausa, Cándido Las Heras, Marcos García y Luis C. Pastor. Esa visita dio pie a la elaboración de esta página web en WIX.

 

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Románico sin techo

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